Toda mi vida creí
que cumpliría mis sueños, fantaseaba con viajar por el mundo y danzar al ritmo
del ballet o de cualquier baile que me llene de energía, de alegrías. Desde los
5 años había bailado, siempre en busca de ser profesional de mi más grande
pasión, el baile.
Hasta que un día, cuando cumplía mis 17 años y me gradué de bachiller, todo cambio. Tenía que pensar en lo que iba a estudiar, y fue así como sin buscarlo, me ofrecieron viajar a otra ciudad, seguir bailando, aprendiendo y al mismo tiempo estudiar una carrera profesional (Comunicación Social), no tan seria como hubiesen querido en mi familia, pero al fin y al cabo era una carrera profesional, y era mejor que estudiar un hobby, como muchos creen que es el baile.
Hasta que un día, cuando cumplía mis 17 años y me gradué de bachiller, todo cambio. Tenía que pensar en lo que iba a estudiar, y fue así como sin buscarlo, me ofrecieron viajar a otra ciudad, seguir bailando, aprendiendo y al mismo tiempo estudiar una carrera profesional (Comunicación Social), no tan seria como hubiesen querido en mi familia, pero al fin y al cabo era una carrera profesional, y era mejor que estudiar un hobby, como muchos creen que es el baile.
Un mes después de
realizar mi examen de admisión a la Universidad y de estar lista e ilusionada
con irme a vivir a otra ciudad y empezar a construir mí sueño, me entere que
estaba embarazada. Y esa es otra historia. Porque mientras estaba en mi último
año del colegio, equivocada, preferí darle más importancia a la diversión, a lo
que el mundo adolescente me gritaba y me pedía, que a mi proyecto de vida, a lo
que siempre había querido construir.
Fue así como creí
haberme enamorado, conocí a una persona, un año mayor, Universitario,
Futbolista…Ilusionada en lo que me decía, me volví sorda y ciega ante todo lo
que sucedía alrededor de nosotros y empecé a cometer tantos errores, como el
tiempo que estuve con él.
En ese entonces mi
mamá que ha sido la única persona que siempre ha estado conmigo, me prohibió
estar con él, más aun cuando se enteró que yo había tenido relaciones sexuales
con él. Sin embargo mi terquedad fue mayor, porque no lo dejé. Mi mamá no tuvo
tiempo de escucharme, de aconsejarme o de hablar de lo que me estaba
ocurriendo, simplemente me prohibió estar con él, porque afirmaba que yo no estaba
en edad de tener relaciones sexuales, así que la solución para ella no era
cuidarme sino abstenerme.
Por otra parte en
el colegio siempre nos daban charlas, incluso una vez fue una joven, que
mientras estaba en el colegio quedo en embarazo, a contarnos su experiencia
para aprender de ella. Pero nada de eso sirvió, porque nada fue tan cercano a
mí, nada de eso me acompaño en mis decisiones, en lo que me sucedía diariamente
con mis emociones, mis sentimientos y mi cuerpo. Las únicas personas que sabían
realmente lo que me ocurría y lo que hacía, eran mis mejores amigos. Pero
créanme que el mejor consejo o la mejor orientación no se reciben de un amigo
que tenga la misma edad de uno, se recibe un gran apoyo, pero no es suficiente.
Así que cuando ya empecé
a tomar conciencia de que mi novio no me valoraba lo suficiente y que realmente
no tenía ni la edad ni la madurez para haber iniciado una vida sexual, me aleje
de él, y concentre mi energía en el viaje que tenía. Pero un mes después me
entere que estaba embarazada. Ya era tarde, todos mis sueños se derrumbaron. Y
cuando acudí a mi ex novio para contarle, él ya era otro. Antes, dedicaba su
tiempo para conquistarme, ahora ya no tenía tiempo, ni ganas, ni cariño. Y de
los que me aleje por tanto tiempo, a los que les renegué todo lo que me decían,
fueron los que me apoyaron, Mi familia, Mi mamá. Nació mi hijo y lógicamente
todo cambio, fue el único capaz de hacerme entender el mundo, de hacerme
reflexionar sobre todos mis errores, de enderezarme el camino. Fue mi hijo, a
quien lo llame Juan Ángel, quien me cambio mi vida por completo, me convirtió
en una persona sumamente responsable y madura, entregada por completo a la vida
de mi hijo, a su educación, a sus sueños. Pero mis sueños cambiaron, gracias a
Dios pude continuar mis estudios profesionales pero hasta ahora, con mi hijo
con 5 años, no he vuelto a bailar, las prioridades cambian, y mi hijo es lo primero
en mi vida, ya no tengo tiempo de pensar en mí, en divertirme, en gozar sanamente de mi juventud, porque mi
hijo es el que necesita crecer sanamente y necesita de mi dedicación para que
sea totalmente feliz con todo lo que le pueda brindar.
Mi consejo: que no
esperen a quedar en embarazo o a tener un golpe fuerte en sus vida para
entender, ser mejores y para reflexionar a tiempo, y no vivir una vida
acelerada una que solo le pertenece a los adultos, quienes con madurez asumirán
compromisos tan grandes como un hijo.
Es mejor aprender
de los errores ajenos que de los propios, todo tiene su tiempo, cada cosa llega
a su tiempo, lo importante es escuchar y dejarse guiar.
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